MICROINJERTOS CAPILARES

El microinjerto capilar proporciona resultados estéticos y permanentes, mediante una operación sencilla y segura: recupera el pelo del propio paciente, por lo que no entraña riesgo de rechazos.

Consiste en extraer folículos pilosos de una zona del cuero cabelludo resistente a la alopecia y trasplantarlos a la zona afectada.

La intervención, que es sencilla, segura y sólo requiere anestesia local, se lleva a cabo en tres partes:

• En primer lugar, se extrae una banda de cuero cabelludo de la nuca de un centímetro de ancho y 10-20 centímetros de largo. La incisión realizada se sutura inmediatamente para que su cicatriz sea prácticamente imperceptible
• A continuación, se separa la tira en unidades folículares de 1 a 3 pelos. Para hacerlo, se trabaja con microscopio y normalmente se consiguen de 1.500 a 3.000 folículos por tira
• Por último, se realizan pequeñas incisiones —de menos de 1 milímetro de grosor— en la zona alopécica y se insertan los folículos respetando la dirección del cabello original para que el resultado sea estético

Después de la operación no es necesario que el paciente permanezca hospitalizado, pero sí es aconsejable tomarse unos días de reposo, porque se notará una ligera inflamación y molestias que remitirán en breve.

El tratamiento completo de microinjerto puede realizarse en una sola sesión —de 4 a 6 horas— o en varias dependiendo de la extensión del área alopécica y del número de folículos que se obtengan. En cualquier caso, en una sesión no se implantan más de 3.000 unidades foliculares.

El cabello trasplantado, tras un breve periodo de adaptación —2 a 5 meses—, crecerá de modo normal, tendrá un aspecto natural y se podrá peinar y cortar como el resto del cabello. Aunque estará sujeto a las mismas fases de crecimiento que el cabello en general, será tan resistente como el cabello de la zona de la nuca.