FOTODEPILACIÓN MÉDICA

La fotodepilación proporciona resultados a largo plazo y no conlleva efectos secundarios: elimina el pelo sin que la piel sufra.

Consiste en aplicar un pulso de luz que atraviesa la piel del paciente y se transforma en calor al ser absorbida por la melanina del pelo.

Este calor consume la estructura del pelo y evita que vuelva a crecer.

El tratamiento completo de fotodepilación se lleva a cabo a lo largo de varias sesiones de menos de una hora de duración, tras las cuales el paciente puede volver inmediatamente a su actividad normal.

El número de sesiones varía en cada paciente dependiendo del grosor y color del pelo, así como del tipo de piel, de la zona a tratar y de diversos factores hormonales.

No obstante, en cada sesión se trata el área completa y los resultados empiezan a notarse desde la primera: disminuye la cantidad de pelo, el grosor y la frecuencia de reaparición.

Las sesiones suelen espaciarse entre 6 semanas y 3 meses. Esta frecuencia asegura que el tratamiento se realice sólo cuando el vello está en fase de crecimiento. Así la depilación es más efectiva y puede acabarse en menos sesiones, por lo que al final resulta más económica.

Además, para conseguir los resultados más rápidos, seguros y duraderos, el tratamiento se ajusta a las características individuales de cada paciente: su fototipo y color de piel, la densidad y la localización del pelo, etc.

Al final del tratamiento, su piel quedará perfectamente depilada de manera duradera. De todos modos, para prolongar los resultados, le recomendamos una sesión anual o bianual de mantenimiento.